LA EXTINCIÓN DEL PRD

La evaluación nacional que se hizo sobre el Partido de la Revolución Democrática (PRD), su situación actual y el futuro es acertada, por más dramática y poco esperanzadora que parezca, pues ese instituto político que nació como una alternativa real para la democracia en México, que aspiraba a convertirse en un instrumento verdadero para que la sociedad accediera al poder, es hoy apenas un remedo de organización.

Por supuesto que muchos son los factores que han incidido en la acelerada descomposición del instituto del sol azteca, pero sin duda alguna en fechas recientes cinco hechos han consumado su casi segura extinción:la primera es el alejamiento paulatino de sus principios; el segundo, es la deserción o renuncia de las figuras históricas y con alto calibre moral que lo abandonaron; el tercero es la ambición y corrupción de su burocracia, el cuarto es el éxodo de miles de militantes que se fueron con Andrés Manuel López Obrador al Movimiento de Regeneración Nacional y el quinto son las alianzas injustificables con partidos que resultan, de cualquier forma que se le vean, antagónicas a los valores de la izquierda que aspiraba a representar el PRD. Como ejemplo de esto último está el caso poblano y la mancuerna con Acción Nacional.

Hoy el perredismo va camino a su desaparición. Se antoja difícil que pueda remontar la corrupción  que entrañan sus dirigentes y élites, los pactos inconfesables con personeros o protagonistas de los poderes que buscan saquear a México.

Es en verdad una lástima que un proyecto que emergió de muchos de los mejores hombres y mujeres que ha dado este país, esté hoy postrado y colocado al lado de los peores ejemplos de la política nacional reciente.